viernes, 26 de febrero de 2016

Carta de amor a la esposa que aún no se conoce

 

Querida futura esposa:
 
Es gracioso escribir esta carta, sin saber siquiera si algún día la leerás…
Porque ¿a dónde la mando? No tengo tu dirección. Ningún número de teléfono donde contactarte. Facebook y Whatsapp no sirven y Skype e Instagram no me enseñarán tu cara… El Uber no me puede llevar a tu puerta, y no se hacia qué destino comprar el boleto de tren para entregártela en persona.

Y, sin embargo, aunque podamos no habernos encontrado, quiero que sepas que estoy aquí. Que tengo un número de teléfono y un perfil en Facebook. Tengo un mundo –amigos, familia, pasatiempos e intereses– y no veo la hora de que llegue el momento en que nuestros mundos se encuentren, el momento en que lograremos abrir nuestros mundos el uno al otro, y crecer juntos en el amor.

Quiero que sepas que estoy esperando, y que ya te he escogido. Te he escogido más allá de todas las falsas imágenes de vida y amor que han bombardeado nuestra cultura. Porque ninguna de estas falsas imágenes –la promiscuidad, el egocentrismo– es capaz de inflamar mi corazón ni siquiera un poco de lo que lo inflama pensar en ti, a tal punto que un día te ofreceré todo mi ser en un amor incondicional.

Pero hay algo que debes saber. No soy perfecto. Sólo soy un chico normal que está intentando escoger vivir el amor auténtico cada día, junto a muchos otros chicos normales que están haciendo lo mismo. Estamos aquí. Y a veces es realmente difícil. Debes saber que no te salvaré, conozco muy bien mis debilidades y no soy un salvador.

Pero hay una Persona que es nuestro Salvador, y espero que tú lo hayas encontrado. Aunque no conozco tu nombre, Él lo conoce. Y espero que donde quiera que estés, sepas que te ama de manera infinitamente más perfecta que yo.
Quiero que sepas que le hablo a Dios de ti. Pido ser capaz yo también de amarte cara a cara como Él lo hace ahora. Dios me está enseñando cada día de pequeñas maneras qué se necesita para amar, y a dar mi vida por ti. En Él veo cómo amar auténticamente, y elijo amarte.
Y así continuaré teniendo una mirada atenta sobre mi alma, para que un día tú tengas confianza en mí y me permita custodiar y proteger también la tuya. Con la gracia de Dios te conduciré al cielo.
Pero no ha llegado el momento aún, y no quiero que te preocupes por cuánto tiempo pasará antes de encontrarnos. Ahora necesito que tú corras hacia Dios, que corras con Él. Un día correré contigo, pero por favor no esperes encontrarme antes de partir, porque nuestros caminos se cruzarán sólo cuando ambos estemos corriendo hacia Dios, con nuestra mirada fija en Él.

Yo estoy corriendo hacia Él; que sepas que a menudo para mí es más una carrera de obstáculos de 3000 metros que un sprint de 100 metros, y que aunque puedo salir un poco magullado, en Él seré fuerte y estaré listo para ti.
Querida futura esposa, donde quiera que tú estés, que sepas que el amor es una elección, y que aunque no sé aún quién eres, no sé qué te hace sonreír y qué te hace reír, o las cosas que son difíciles o dolorosas para ti, he decidido amarte. Y que te encontraré cuando corramos codo a codo entre los brazos de Nuestro Padre Celestial.
Espero que tú estés segura. Espero que sepas que eres amada, y que eres inmensamente valiosa para mi corazón, y para el de Dios. Que tu ángel de la guarda vele por ti.
Por favor, reza por mí.
Atentamente:

Tu futuro esposo



Por Benedicto Hince

martes, 5 de enero de 2016

Erase una vez en un universo muy muy lejano...

Tiempo ha pasado ya desde que melancolicamente me remordía en mis recuerdos, en mis fantasmas, nadando en mi propia fosa de lamentos... 

Que poco ambicioso fui, si hubiera sabido que problemas más fuertes vendrían no hubiera gastado tanta emoción en el pasado.  En fin, nuevos horizontes han asomado y como nunca las cosas van claras, o al menos con puntos de claridad. 

Caí, me resbalé, me levanté y volví a caer en un foso. Poco a poco subí y sigo subiendo. Odioso como siempre (o eso dicen) y tan cauto como nunca, han pasado amistades varias, de color genero y clase social que  enulerarlas no puedo, y tampoco quiero ya que ninguna llegó a ser trascendente sino más bien destructiva en su forma, en fin, me trae aquí el empuje que generó un despertar de la fuerza... Ok ya se, es una pequeña obsesión... Pero de alguna forma esto ha sido lo que me motivó a escribir de nuevo.

Conocerte pienso que no fue un azar, hacerte sonreir tampoco y ahora besarte pues menos... Que depara este nuevo capítulo no lo se... Veremos que escribo dentro de varios meses... Veremos...


jueves, 9 de diciembre de 2010

Primera carta...

Querida R.

Han pasado ya mas de dos años desde la primera vez en que nos vimos, en que avergonzado bajaba la mirada cuando regresabas a verme, desde la primera vez que quise besarte y sin  conseguirlo opté por pedirte tu teléfono...

mil y un palabras han salido de nuestros labios, incontables besos han hecho que mi piel se erize, varias lágrimas se han colado entre los dos, incluso palabras que nunca de bieron salir de nuestras bocas lo hicieron, causando dolor en ambos, haciendo a veces oscuro el camino, separándonos por largos e interminables períodos, tiempo en el cual al menos para mi, se me hacía difícil incluso el respirar, días en los que
el despertar se hacía una carga, en que la soledad y la ausencia marcaban el día, y que dormir en la noche (aunque poco) se convertía en la única manera de huir del dolor de tu recuerdo, de una amarga soledad rodeada de gente. Varias veces quise levantarme, conocer alguien nuevo y volver a sentir, pero al mismo tiempo sabía que era imposible, que jamás llegaría a sentir algo ni siquiera similar por alguien, y caía rendido a tus pies, rompiendo mil veces mi orgullo volví a mirarte a los ojos, y en ellos me encontré, tranquilo, en paz, feliz...

Si pudiera describir la infinidad de sensaciones que provocas en mí creo que terminaría como Hemingway, con un Púlitzer en la mano al poder describir la forma mas sutil del amor... Caminar junto a tí hace olvidarme de mi entorno, de los problemas, del dolor que aveces me aqueja, del mundo que me rodea, me hace sentir que quiero ddesechar ese mundo y que soy tan fuerte para construir uno nuevo, uno perfecto, un mundo tuyo y mío, en el que sencillamente uno junto al otro construyendo un mundo diferente, eterno... nuestro.

Una y mil veces hemos estado apunto de tirar la toalla, de decir hasta aquí, dde olvidarnos para siempre el uno del otro, y por mucho tiempo me he preguntado en por qué, por alguna razón siempre volvemos a mirarnos las caras, a cruzar palabras que de una u otra forma nos termina acercando, haciendo que nuestras vidas vuelvan a estar cruzadas. Hasta hace poco no lo había entendído, hasta hoy... Hoy que escribo una carta (Dios, estoy escribiendo una carta!) para tratar de contarte como me siento me doy cuenta de que de una u otra forma tu y siempre estamos conectados, que tu alegría es mi alegría y viceversa, que tu tristeza es la mía, que tus lágrimas son mías también, y de nuevo viceversa... Sonrisas escondidas, ternura inespecífica, pasión desenfrenada, dialogos incomprensibles, peleas absurdas y reconciliaciones delicadas, y miles de pequeños detalles hacen de nuestras vidas un pequeño desbarajuste, que creaslo o no, me hace feliz.

Este tiempo tal vez no haya sido el mejor para los dos, varios detalles incomprendidos no convirtieron por momentos en egoistas, inútiles y agresivos testigos de como el uno y el otro se enfrentaban a lo desconocido por cuenta propia, aún no hemos comprendido o acabado de comprender que uno no es simplemente la pareja del otro, sino el compañero fiel, el que cuida, el que no te abandona paselo que pase... pues eso es lo que espero que entiendas de mi, que quiero llenar todo ese espacio que hay dentro de ti, que me deje hacerla feliz, que la entienda cuando falla y que apoye cuando caiga, al que pueda confiar su vida, y yo pueda hacer lo mismo.

Amor, te amo, eres mi pequeño pàsado, mi inquietante presente y mi incierto futuro, eres la paz a la tormenta y la tormenta en si, eres todo cuanto esperaba (pese a que no lo creas). Me duele tanto no estar ahí frente a ti, diciendote cada palabra mirándote a los ojos, sin embargo, trato de expresarlo de la mejor forma posible,  las palabras sobran, y cada segundo que tardo en escribir esta pequeña carta me carcome por dentro al saber que no estoy ahí, o que no está aquí... Quiero seguir contigo, ser tu pareja, tu esposo, tu confiddente, quero tomar tu mano por el resto de mis días y le ruego a Dios  que sea todos los días que me quedan.

Te Amo R M... Te amo y te amaré por siempre...



Tuyo.


Cesar S

viernes, 30 de julio de 2010

Hoy no quiero perdonar...

Hoy que la verdad de nuevo me muestra quien eres
estoy indignado y dolido, más indignado que dolido
y viceversa...

Tanta palabra bonita se convirtió en basura
que ni las aves carroñeras la desearían,
tanto cariño se convirtió en tanto odio
en tan poco tiempo...

Te odio y necesito al mismo tiempo,
e igual de intensas son ambas sensaciones
que más rabia me da
por no poder deshacerme de ninguna

jueves, 29 de julio de 2010

Comienzo....

Hay noches como esta, a la que ha precedido un sombrio dia en que los recuerdos se reunen en un solo suspiro que sencillamente no te deja respirar, cuando recuerdas un beso, una caricia, una sonrisa o la mirada de aquella sombra que al despertar sonrie y hace una mueca, aquella que sin besarte siquiera deja en esta misma lluvia que cae el recuerdo doliente de un error.

Un solo recuerdo que se convierte en una sombra sin rostro ni piel, que no permite saber a cual parte recordar, pensar o sencillamente amar.

Si tuviera la lucidez hoy de pensar simplemente en la doncella que con un sencillo beso descubriio la luz en mis ojos y me enamoro a tal punto de perderlo todo cuanto conocia, o de aquella princesa que por una inocente broma terminó (un dia de lluvia como este) en robarle un sutil beso, tal como si fuera un ángel de la guarda en la noche, pero yo, incansable demonio de perversidad terminé haciendo añicos sus esperanzas y sueños, que culpa he pasado por ello.

Tiempo después, haciendo reflexiones sobre todo esto encontré en los recuerdos y mi presente que simple y llanamente sería ella el apoyo que jamás he vuelto a tener.

Sin embargo el tiempo sigue, y nuevos recuerdos se suman, es así como jamás he de olvidar los infantiles momentos que viví junto  a la niña, a la que robé su primera ilusión, los primeros besos y los corazones pintados en el aire, las lágrimas y sonrisas que en el camino encontramos, su primer beso envuelto en tristes gestos, las palabras que nos lastimaron y las que hicieron felices los tiernos momentos en que sus cabellos se dibujaban entre mis toscas manos sin que ninguno de ellos llegara a caer al suelo.

Imaginar que la niña de mis ojos robara de mis brazos a la que nació de mi, con todo el lado opuesto que ello representaba, dejando que la pasión y la lujuria invadieran mis sentidos, y aunque me llevaran por inciertos caminos debo aceptar que la nube violeta quew nos rodeaba (que por cierto tenía cierto aroma a cedro y limón)  que me llevó hacia nuevas y deliciosas rutas, aunque al final del camino todo terminara en un barranco.

Al pasar el tiempo un nuevo camino se aparecía, nuevos vientos surcaban en mi cielo, y nuevas ilusiones se veían venir, sin embargo nunca hube de percatarme del sismo que un solo sueño hubo de provocar en mi cuerpo, algo tan fantástico e incierto que sencillamente fue delicioso y aterrador.

Como hube de sufrir por una mirada que nunca fue mía, de unos labios que jamás pude de rozar siquiera. Fue en ese instante en que hube de darme cuenta que cada canallada cometida iba a tener su precio, que cada sueño roto iba a ser el mío a su momento.